Tijuana.-La aduana de Otay, uno de los cruces fronterizos más importantes entre México y Estados Unidos, ha registrado fallos técnicos en sus sistemas de inspección y procesamiento de mercancías durante las últimas 48 horas, lo que ha generado largas filas y retrasos significativos tanto para transportistas como para viajeros.
De acuerdo con reportes de la Cámara Nacional del Transporte y la Logística (Canacar), los problemas comenzaron el martes 11 de febrero, cuando se presentaron fallas en los sistemas de escaneo y verificación de documentos. Esto ha provocado que cientos de camiones de carga y vehículos particulares permanezcan varados por horas, afectando la cadena de suministro y el flujo comercial entre ambos países.
Autoridades de la aduana han atribuido los fallos a una «actualización técnica» en los sistemas de seguridad, la cual no se completó de manera exitosa. Sin embargo, hasta el momento no se ha proporcionado un comunicado oficial que detalle las causas exactas ni un plazo para la resolución total del problema.
Transportistas han expresado su preocupación por las pérdidas económicas que estos retrasos están generando. «Cada hora que pasamos aquí representa un costo adicional en combustible, salarios y, sobre todo, en la entrega de mercancías que tienen tiempos límite», comentó Juan Martínez, conductor de transporte de carga.
Por su parte, los viajeros que cruzan diariamente la frontera para trabajar o estudiar también han manifestado su malestar. «Hoy tardé más de tres horas en cruzar, cuando normalmente lo hago en 45 minutos. Esto afecta mi jornada laboral y mi calidad de vida», señaló María González, una residente de Tijuana que trabaja en San Diego.
Ante la situación, las autoridades han implementado medidas temporales, como la ampliación de horarios de atención y la habilitación de carriles adicionales para agilizar el cruce. Sin embargo, los usuarios exigen una solución definitiva y una mayor inversión en infraestructura para evitar que estos problemas se repitan en el futuro.
La aduana de Otay es un punto clave para el comercio binacional, con un flujo diario de más de 10,000 vehículos de carga y miles de pasajeros. Los fallos en sus operaciones no solo afectan a la región, sino que tienen repercusiones económicas a nivel nacional e internacional.