Qatar.- Los Tigres de la UANL se convierten en el primer equipo mexicano y representante de la Concacaf en calificar a la final del Mundial de Clubes luego de vencer por la mínima diferencia, gracias a un penalti cobrado a la perfección por André-Pierre Gignac, al Palmeiras, campeón de la Copa Libertadores de América.
En los primeros minutos del partido, parecía que los Tigres eran los únicos que sabían lo que se jugaban. Desde el principio se vio su hambre de trascender y lo reflejaron imponiendo condiciones sobre el terreno de juego. Si bien, no era un dominio abrumador, sí eran el mejor equipo en el campo, pues Palmeiras apenas pudo realizar algunas jugadas de acompañamiento brillante, pero aislado.
Al minuto 4, se dio la primera intervención de Weverton, figura del primer tiempo. El arquero brasileño le sacó un remate de cabeza a Carlos González que muchos ya cantaban como el 1-0. A esta jugada le siguió el desequilibrio por las bandas de parte de de Luis Quiñones y Javier Aquino. Como respuesta, un tiro de media distancia de Roni parecía equilibrar la balanza.
Pero no fue así porque, a continuación, vendría todo un concierto de salvadas de Weverton. Dos a Gignac, que intentó con el pie y la cabeza, y una más a Carlos González. Para el minuto 40, Weverton ya era factor para que el Palmeiras siguiera vivo. Aunque si tu portero es la figura, no has hecho nada bueno en el campo.
La resistencia del Palmeiras terminó apenas a los siete minutos del segundo lapso. Un pase filtrado, hacia Carlos González culminó con la señalización de la pena máxima tras una falta demasiado infantil de Luan García. El Tigre Mayor, André-Pierre Gignac, tomó el balón y venció a Weverton pese a que el arquero adivinó el lugar donde el francés mandó el balón.
Los Tigres rugieron. Sabían que no podían estar más cerca de hacer historia. Y quitarle la ventaja a un equipo de Ricardo Ferretti en una instancia de este nivel… es casi imposible. Y así fue para el Palmeiras que nunca se encontraron cómodos en el terreno de juego, la desesperación comenzó a apoderarse de ellos pues, pese a los cambios, no había mejoría en su accionar.
Los felinos manejaron el partido como sólo ellos saben. Tenencia de balón, pases fáciles y jugar con la desesperación del rival que reflejaron en la cara de su entrenador la impotencia que sentían ante el juego del campeón de Concacaf.
La única opción de claro peligro para los brasileños, ya que siempre los encontraban en fuera de juego, vino de un rebote en Luis Rodríguez. Al Chaka le rebotó el esférico tras una falla de Luiz Adriano que no pudo detener Nahuel. Para fortuna tigre el balón rebotó y se salió por la línea final.
Incluso en los últimos momentos, los Tigres no sufrieron grandes embates, es más, les alcanzó para que Nahuel se luciera bajando de pecho el balón y que varios de sus futbolistas jugaran a un solo toque. Los cambios que mandó Ferretti al campo acompañaron al reloj que, poco a poco se consumió hasta llegar al silbatazo final y dictaminar la historia. Tigres, el más campeón de Nuevo León, el campeón de Concacaf, es, ahora, finalista del mundo.
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